creo que esta noche he vuelto a soñar contigo. odio despertarme y recordar solamente tu presencia, tu mirada y un lejano recuerdo de haber estado juntos un rato más. no consigo recordar nada más que eso. sé que eras tú porque me desvelo en mitad de la noche o me despierto por las mañanas y siento como si me hubiesen estado dando un largo abrazo, de los que calientan en una noche extrañamente fría. me gustaría acordarme de absolutamente todos los detalles, del brillo de tus ojos y la suavidad de tus labios y cada poro de tu piel, de la suavidad de tus manos y de tu olor y tu voz y tus palabras. me gustaría poder guardar todo eso en una cajita y no separarme nunca de ella, llevarla a todas partes como una especie de trofeo: ¡me quiere!
salgo a la calle sabiendo que guardo una especie de secreto. toda esta gente no sabe lo que siento y yo me lo guardo como si alguien me lo fuese a arrebatar pero es mío mío mío, aunque hasta a mí me cuesta creerlo. empiezan a caer las primeras gotas de lluvia del día a la vez que salen las primeras flores del año y el viento poco a poco huele a primavera y el sol todavía no calienta todo lo que me gustaría pero llevo ese secreto conmigo y lo tengo bien escondido y me sirve de radiador. intento no sentirme mal e intento pensar que me lo merezco y que no estás loco por haberte fijado en mí y por preocuparte. sea lo que sea, vivir constantemente con un sentimiento de culpa tampoco está tan mal porque hace que le quite peso a las cosas (no pasa nada, probablemente (me) tenía que pasar). no quiero asustarte, quizá sería mucho decir que me estoy empezando a sentir bien gracias a todo esto. que nuestro pequeño amor es paralelo y coincidente con el florecimiento frágil que va a perfumar la ciudad de calor y de abrazos. besémonos hasta que los rayos de sol empiecen a entibiar las pieles de cuerpos helados.
encontraré la paz entre prímulas, mimosas, pensamientos y nomeolvides.
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